En 2012, un grupo de personas, con años de experiencia en la cooperación al desarrollo, vieron la necesidad de trabajar con comunidades aisladas que luchaban por desarrollarse.

 

Partían de un concepto simple, pero muy potente: no hay más patria que la humanidad, y humanidad no hay más que una; así que todos somos lo mismo, todos somos hermanos en este caminar de vida: negro y blancos, americanos y europeos, ricos y pobres… Las fronteras las hemos inventado los humanos para defendernos de los otros, pero ¿existe el “otro”? De esta forma escribieron los valores que tendría la ONG:

ž  El de Justicia: entendida como defensa de los DDHH y redistribución de oportunidades.

ž  El de Interculturalidad: como superación del etnocentrismo y apuesta por la horizontalidad.

ž  El de Participación: cada pueblo, comunidad y persona es autora de su propia transformación.

ž  El de solidaridad y fraternidad entre los pueblos: nacido del intercambio de saberes y experiencias, sin que haya pueblos en situación de superioridad ni de inferioridad.

Así se impusieron la misión de crear Semillas de Esperanza. Que tuviera como objetivo prioritario generar cambios en comunidades locales que contribuyan a la liberación de los pueblos, a la creación de un marco económico internacional más justo y al desarrollo de una verdadera democracia, mediante el acompañamiento y empoderamiento de los pueblos y comunidades que luchan por su dignidad y desarrollo humano, tanto del norte como del sur.

Y así han cumplido cinco años.

¡¡Felicidades, Semillas de Esperanza!!

Semillas Congra