El diario.es 03/10/2017
Los tribunales confirman lo que tantas veces te hemos contado

Un joven se encarama a una farola, ya en suelo español, por miedo a ser devuelto a Marruecos por la Guardia Civil | FOTO: J. Blasco de Avellaneda
«No quieren bajar, no van a hacerlo», comentaba en noviembre de 2013 un joven de Mali al reportero Jesús Blasco de Avellaneda. A los pies de la valla de Melilla, ambos miraban a dos hombres enganchados a duras penas en una farola. ¿Qué puede llevar a una persona a estar durante horas resistiendo en un poste si ya estaba en suelo español? Se lo preguntamos a quienes tienen las respuestas: los migrantes.
«Si bajan, saben que los echarán». La respuesta estaba en las devoluciones en caliente.
Desde el nacimiento de Desalambre en eldiario.es nunca hemos dudado en llamarlas por su nombre y su verdadero apellido: devoluciones ilegales. Ahora, el Tribunal de Estrasburgo las llama igual: ilegales.
¿Qué ha pasado?
El Gobierno siempre las negaba, pero hemos contado la evidencia relatada por periodistas locales, escuchando a las organizaciones de la sociedad civil que llevaban más de una década documentándolas y, sobre todo, dándoles voz a ellas y ellos: a las personas devueltas sin ningún tipo de garantía.
Tras cada salto comprobábamos las cifras aportadas por Interior comparándolas con las que finalmente se habían quedado en Melilla. Localizábamos las contradicciones oficiales. Buscábamos fotos y testimonios que las demostrasen y, aunque ya las hubiésemos publicado, cada vez que el ministro o autoridad de turno negaba la existencia de las devoluciones en caliente, volvíamos a enseñárselas.

Agentes antidisturbios de la Guardia Civil devuelven ilegalmente a dos personas a Marruecos | FOTO: J. Blasco de Avellaneda
Hasta que llegó el 6 de febrero de 2014, cuando 14 personas murieron en la frontera de Ceuta, en un intento de entrada disuadido por la Guardia Civil con pelotas de goma y botes de humo. Aquel día, también fueron devueltas ilegalmente 23 personas.
Agentes antidisturbios de la Guardia Civil devuelven ilegalmente a dos personas a Marruecos | FOTO: J. Blasco de Avellaneda
La gran atención mediática y la fuerza de las imágenes obligaron al Gobierno a admitirlo, pero a partir de una base de frontera flexible. Un portavoz de la Guardia Civil nos explicó que sus cuerpos eran la verdadera frontera: «Para estar en España tienen que superarme a mí». Esa explicación, que parecía anecdótica, acabó siendo confirmada por el ministro de Interior en el Congreso. Consultamos con expertos, lo desacreditaban: “España no puede empezar en un cordón policial”. Aun así, la teoría de la frontera móvil acabaría en la Ley de Seguridad Ciudadana, escondida en la ley mordaza.

Agentes de la Guardia Civil esperan en la playa de Ceuta la llegada de los migrantes para proceder a su devolución ilegal a Marruecos
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos lo ha confirmado de nuevo: además de condenar a España, ha desacreditado su teoría de las “fronteras flexibles”.
El periodismo por el que apostamos en Desalambre es consciente del riesgo de confiar en unas fuentes oficiales que nos han mentido o han intentado transformar a su antojo la realidad y la legalidad. Y tiene que, sobre todo, escuchar a quienes sufren esas políticas migratorias y no olvidar que la voz que nos llega desde lo alto de una valla es igual de válida que la que viene desde un despacho.
Llevamos años llamando a las devoluciones en caliente por su nombre y apellidos aunque el Gobierno lo negaba una y otra vez
El Tribunal de Estrasburgo ahora lo confirma: son ilegales
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